sábado, 6 de junio de 2015

LLANTO DE UN SOLDADO








Por Coronel Héctor José Corredor Cuervo

Solitario en el mar de la indolencia
miro el cielo, la luna, los  luceros
y los veo llorar por la  violencia
que calló hasta el canto de los jilgueros
por culpa de  ambiciosa dirigencia
que utiliza inconciencia  de escuderos
para entregar la patria al poderoso
que comercia las armas por negocio.

Lloro también con ellos a lo lejos
al ver el espejo de la justicia
que ya no tiene brillo  y ni reflejos
por culpa del orín de la codicia
que terminó con  los fiscales viejos
que no vendían honor ni noticia
por monedas al mismo  maleante
ni  por mimos a fatuo  gobernante.

Lloro de tristeza al  ver a la gente
metida entre olas de la indiferencia
donde se siente angustia permanente
al  ver los vendavales de insolencia
que azotan  cual ciclón el continente
y retan libertades  y existencia
con tormentas de rencor y falacia,
al sistema con luz de democracia.

Lloro  de dolor por los comandantes
que se callan al ver  a los soldados
masacrados por culpa de arrogantes
que creen en la paz de los malvados
respaldados por  narco traficantes
que tienen estamentos infiltrados
y que buscan en medios gran audiencia
para llegar con fuerza a  presidencia.


Lloro ante Dios por no encontrar razón
al ver enajenadas  existencias,
que son el patrimonio de nación,
por unos vivos  que sin transparencia
al diablo venden  su alma y corazón
aprovechando ignorancia y decencia
de un pueblo que muere sobre riqueza
mendigando monedas por pobreza.

Lloro en silencio por el desplazado
que se muere en la selva de cemento,
por todo aquel en monte secuestrado
que ve  solo el azul del firmamento,
por aquel ser que ha sido desterrado
lejos de patria y  con dolor adentro,
todo por culpa de temible  guerra
que amenaza extenderse por la tierra.






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