martes, 23 de junio de 2020

PANDEMIA, AMOR Y CAMBIO

 

En medio de la tristeza

y por pandemia dolor

renace  en mí  gran amor

por grata naturaleza

que mi Dios con su grandeza

nos dio para convivir

y jamás para destruir

como procedió hasta ahora

la mucha gente que llora

por ver al mundo sufrir.

 

Amor con los animales

que tomamos prisioneros

o vendemos por dineros

en lugares comerciales

sin los recatos mentales

de que son seres vivientes

que necesitan ambientes

donde se puedan mover

y tengan de que comer

sin el miedo a indolentes.

 

Amor al aire más puro

que nos llega a los pulmones

sin costo,  sin restricciones,

con lumbre y en tiempo oscuro

sin temor que en el  futuro

no lo podamos pagar

para poder respirar

en medio de tribulaciones

y grandes lamentaciones

por no saberlo apreciar.

 

Amor a  la libertad

de todos los movimientos

y de comer alimentos

con la propia voluntad

sintiendo  felicidad

con lo que está en el entorno

sin temor al cruel trastorno

que  puedan ocasionar

los favores por pagar

o las deudas por soborno.

 

Amor por los semejantes

incluyendo la familia

por ser primera que auxilia

con amigos importantes

en angustiosos instantes

del destino o de la  suerte

donde el tiempo los convierte

en verdaderos hermanos

con sentimientos humanos

hasta en horas de la muerte.

 

Amor a luna y a estrellas

que alumbran noches extrañas,

amor a verdes montañas

que sobresalen por bellas

como si fueran doncellas

que mimadas por el sol

se  coronan de arrebol

en las tardes de sosiego

como en  lugar palaciego

bajo lumbre de un farol.

 

Después de la cruel pandemia

un  gran cambio ha de venir

en forma de convivir

y enseñanza en la academia

dejando atrás la blasfemia

y costumbres de gastar

sin jamás pensar en dar

al que más lo necesita

por la pobreza maldita

de quien no va a trabajar.

 

Cambio en mente y corazón

de todos los habitantes

para no seguir como antes

en medio de corrupción

y  gran contaminación

de los ríos y en ciudades

mientras hay necesidades

en pueblo que por paciones

vende su alma en votaciones

con turbias finalidades.

 

 

 

 

En las casas confinados

cambiemos ya las amarras

como el águila sus garras

y picos avejentados

para lograr resultados

con visión de gran altura

en medio de la espesura

de los bosques de indolentes

que seguirán inconscientes

con  contagio y con basura.

 

 

 

 

 

 

 

 


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