Sólo se puede avanzar cuando se tiene
sensibilidad y se piensa en grande. Hecocu
Estando el labrador honesto allá en la estancia,
en medio de resinas y cielos augurales,
recibe la noticia de grupos infernales
de abandonar las propiedades en abundancia.
Él le ordena a su esposa preparar el equipaje
los cuatro muchachitos, la niña consentida
y en medio de sollozos con alma entristecida
se cierran cerraduras para iniciar el viaje.
Atrás lo deja todo pensando en el regreso:
aquella recua de carga, la vaca, el turpial,
las cosechas maduras , el agua del raudal,
la ilusión dorada y el deseo de progreso.
Después de tortuoso viaje él llega a la ciudad,
a buscar un refugio con una gran tristeza,
encontrando a muchos en medio de la pobreza
ya flacos y amarillos pidiendo caridad.
Allí hace falta de todo: el agua, la comida,
el baño, la letrina, el puesto de sanidad;
abunda la miseria en medio de la orfandad
y las llagas en el cuerpo del alma afligida.
En todas partes se encuentran raídos ropajes
que extendidos se secan con los rayos del sol
y en la cloaca obscura con la luz de arrebol
se marchitan vidas en medio de los ultrajes
Gracias a los que dicen que a su pueblo defienden,
los desplazados pasan los crueles sufrimientos,
esperando que hermanos de buenos sentimientos
les socorran comida que de sobra ya tienen.
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