Las guerras las ganan o las pierden los pueblos y no sólo los soldados. Hecocu
Nubes de polvo, de humo y de gran temor
cubren el domo del cielo colombiano
por explosiones de bombas con terror
que había sembrado nuestro propio hermano.
Hoy por los aires de nuestra patria vuelan
las esperanzas, los sueños e ilusiones
y con tristeza entre las llamas se quedan
la justicia y progreso de poblaciones.
Sobre las cumbres y en el inmenso llano
vuelan los enjambres de almas afligidas
que dejaron atrás el cuerpo humano
y van buscando la gloria prometida.
El horizonte, donde salía lumbre,
está cubierto de grandes nubarrones
y en las aldeas se siente el paso fúnebre
de guerrilleros, de paras y matones.
En el espacio, que va hasta el infinito,
está cubierto de errantes golondrinas
que dejaron atrás alero y nidito
para vagar cual las aves peregrinas.
¡Oh, pueblo inocente, pueblo colombiano,
que sufre como el autista esta comedia!
¿Cuándo demostrará que si es soberano
para luchar por el fin de esta tragedia?
8 de marzo de 2003. Homenaje a las víctimas de las explosiones en un barrio populoso de Neiva y del centro comercial Alejandría de Cúcuta.
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