domingo, 27 de febrero de 2011

EL DESPLAZADO

Sólo se puede avanzar cuando se tiene

sensibilidad y se piensa en grande. Hecocu



Estando el labrador honesto allá en la estancia,

en medio de resinas y cielos augurales,

recibe la noticia de grupos infernales

de abandonar las propiedades en abundancia.

Él le ordena a su esposa preparar el equipaje

los cuatro muchachitos, la niña consentida

y en medio de sollozos con alma entristecida

se cierran cerraduras para iniciar el viaje.

Atrás lo deja todo pensando en el regreso:

aquella recua de carga, la vaca, el turpial,

las cosechas maduras , el agua del raudal,

la ilusión dorada y el deseo de progreso.

Después de tortuoso viaje él llega a la ciudad,

a buscar un refugio con una gran tristeza,

encontrando a muchos en medio de la pobreza

ya flacos y amarillos pidiendo caridad.

Allí hace falta de todo: el agua, la comida,

el baño, la letrina, el puesto de sanidad;

abunda la miseria en medio de la orfandad

y las llagas en el cuerpo del alma afligida.

En todas partes se encuentran raídos ropajes

que extendidos se secan con los rayos del sol

y en la cloaca obscura con la luz de arrebol

se marchitan vidas en medio de los ultrajes

Gracias a los que dicen que a su pueblo defienden,

los desplazados pasan los crueles sufrimientos,

esperando que hermanos de buenos sentimientos

les socorran comida que de sobra ya tienen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario