domingo, 27 de febrero de 2011

YO NO JUGUÉ DE NIÑO


Por Héctor José Corredor Cuervo

Yo no jugué de niño

por culpa de la guerra

que cubría con su manto

de la pampa a la sierra

y navegué en el llanto

que inundaba la Tierra.

Yo no tuve juguetes

ni cuentos infantiles,

ni disfruté los parques

en tiempos juveniles.

La parca fue mi arrullo

con su canto estridente

al sentir el murmullo

de turba delincuente

que dirigía un grupo

contrario al presidente.

En lucha sin sentido

palpé la sangre hirviente

que corría en el campo,

de la gente inocente,

por la acción despiadada

del matón inconsciente.

Vi morir al amigo

y al peón ignorante

por culpa del partido

con falaz dirigente

que recibía apoyo

del bandido insolente.

Sentí dolor interno

por mucho desplazado

que abandonó de prisa

la familia y sembrado,

ante la complacencia

de mucho acomodado

que compraba la estancia

a precio rebajado.

Cuando tuve razón

recibí un buen trinquete *

y al hacer comunión

prometí ser valiente

y luchar con pasión

por la Patria al garete,

que había traicionado

corrupto dirigente.

Cuando fue desterrado

mi padre de su hacienda

me tocó ser obrero

y operario en molienda

por requerir mercado

mi pobre madre enferma.

En plena pubertad

me vestí de soldado

por darle libertad

al pueblo esclavizado

con saña y con crueldad

que ya habían sembrado

el miedo en la heredad

en el pueblo y collado.

Estando ya en las filas

pude ver al corrupto

encubriendo cuadrillas,

saqueando nuestro erario,

repartiendo tortillas

con sagaz empresario

ladrón de semillas.

Después de tanto tiempo

de vivir en la guerra,

quiero ver el lucero

de la paz y la estrella;

quiero ver a los niños

jugando en la vereda

en los pueblos pequeños

y en la América entera.

Quiero volver a oír

el canto de jilgueros

y en tardes sonreír

con tiernos compañeros

que se volvieron viejos

sin juegos verdaderos.

* Así se les conoce en Colombia a los primeros revólveres importados.

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